El riego automático del jardín de acuerdo con el horario es una solución muy cómoda. En caso de que las condiciones climáticas sean muy variables y llueve a menudo, vale la pena equipar los arriates con un sensor de humedad. Cuando el suelo está óptimamente hidratado, los rociadores no se activarán, lo que evitará inundar las plantas y el consumo innecesario de agua.
